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Mahatma Gandhi

miércoles, 20 de julio de 2011

COMO ELEFANTE EN CACHARRERÍA


Grandes depredadores como el león, el tiburón o el lobo, animales que los humanos estamos aniquilando, tienen la llave para mantener el orden de los ecosistemas.


Esta frase, que se puede leer rápidamente, posee una importancia tal que debería hacernos replantearnos muchas cosas, más allá del egoísmo del que hacemos gala continuamente los seres humanos. Os vamos a poner un ejemplo muy fácil antes de ir con el artículo que leímos hace unos días:

Imagina que tienes un jardín lleno de flores y pequeños árboles. En ese jardín viven dos lobos, dos ciervos y dos conejos. Casualmente, pasa un cazador junto al jardín, ve a los lobos y los mata, ya que, claro, "son un peligro para el hombre".

A los meses, tu jardín sería un desierto sin flores y sin árboles, pues los ciervos y los conejos, tras reproducirse sin problema, habrían acabado con toda la hierba del jardín. Al tiempo, éstos también morirían, pues no tendrían qué comer.

Ahora, os dejamos con el artículo. Os avisamos: ¡Muy interesante!

EL DECLIVE DE LOS GRANDES DEPREDADORES DAÑA TODO EL ECOSISTEMA

Un equipo internacional de 24 investigadores se ha fijado en algo poco estudiado aún, al menos a escala global: el impacto del declive de los grandes depredadores y herbívoros, la cúspide de la cadena trófica, en todo el ecosistema sobre el que se asientan.

Su investigación, publicada en la presente edición de Science, sostiene que la pérdida de los consumidores de la cúspide de los ecosistemas "puede ser la influencia más decisiva de la humanidad sobre la naturaleza". Su declive está provocando cambios en todos los ecosistemas terrestres y marinos.
El profesor de ecología y evolución en la Universidad de California en Santa Cruz, James Estes, coautor del trabajo, afirma: "Estos hallazgos demuestran que los mayores consumidores en la cadena alimentaria son factores de enorme influencia en la estructura, función y biodiversidad de la mayoría de los ecosistemas naturales".
La cúspide la forman los grandes felinos, lobos, bisontes, tiburones y ballenas y suelen ser grandes, de larga vida. Sin embargo, esta degradación trófica, que han documentado analizando decenas de investigaciones previas, revela una extensa serie de efectos en cascada en los ecosistemas de todo el mundo, especialmente cuando se ven agravados por factores como las prácticas de uso de la tierra, los cambios climáticos, la pérdida de hábitat y la contaminación causados por el hombre.
Este trabajo recoge algunos de los efectos negativos de la eliminación de la aristocracia ecológica. La disminución de la población de leones y leopardos en África subsahariana, por ejemplo, ha provocado que la población de babuinos, una de sus presas preferidas, aumente. Esto ha traído un aumento de la transmisión de parásitos intestinales de los babuinos a los humanos.
También, la caza industrial de ballenas en el siglo pasado dio lugar a la pérdida de una gran cantidad de grandes ballenas consumidoras de plancton. Ahora se sabe que ejercían un gran papel en la captura de carbono en las profundidades del mar mediante la deposición de sus heces. El resultado ha sido la transferencia de aproximadamente 105 millones de toneladas de carbono a la atmósfera que podrían haber sido absorbidas por las ballenas, lo que ha contribuido al cambio climático.
"Tenemos que asumir que la eliminación de los grandes depredadores y herbívoros de la parte superior de la cadena trófica tendrá efectos significativos en el futuro de los ecosistemas", alerta la directora del Instituto de Ciencias para la Conservación de los Océanos de la Universidad de Stony Brook, Ellen Pikitch, organización que ha impulsado la investigación. Y añade: "Los esfuerzos para gestionar y conservar la naturaleza tiene que incluir a estos animales. Un viejo paradigma ha cambiado y aquellos que cuestionan esta teoría ahora tienen la carga de probar lo contrario".
Información sacada de

Qué curioso este comportamiento nuestro… Hemos llegado los últimos a la Tierra y, en lugar de aprender de los que ya llevaban tiempo aquí, nos hemos dedicado a entrar en ella como un elefante en una cacharrería. Aunque seguro que el elefante tendría más cuidado de saber lo que valen todos esos cacharros. El ser humano, con toda su inteligencia, parece no saber valorar lo que tiene alrededor.

¿Podrían empezar todas las clases de “Cono” con esta explicación?

EL CUARTO HOCICO

1 comentario:

M.J. dijo...

La participación de los niños ha sido para mí como ver un sueño realizado.Sólo deseo que se extienda y crezca más y más.