UN AYUNTAMIENTO HACE UN RECONOCIMIENTO A LA LABOR DE UNOS NIÑOS QUE RESPETAN A LOS ANIMALES

Suena a título de cuento, totalmente irreal, ¿verdad? Parece surrealista, pero el Ayuntamiento de Muel aprovechó las fiestas locales para hacer un reconocimiento a la labor que están haciendo unos niños en su labor de concienciación hacia el respeto animal. Dentro del programa de fiestas, este Ayuntamiento escogió un evento masivo en el pueblo, como es una cena general para todos los vecinos, para homenajear a los doce niños de El Cuarto Hocico por su trayectoria, por lo que están consiguiendo en su lucha contra el maltrato animal y por el "contagio" que están provocando en niños y adultos en España y en el extranjero.

Fotos: José Manuel Conde

Hay un dicho que asegura que “nadie es profeta en su tierra”. Si a eso se le une la realidad que vivimos cada día, en la que los pensamientos de los niños no suelen ser escuchados por los adultos, nos encontramos con un caso absolutamente extraordinario. Y digo extraordinario porque más allá de homenajes deportivos a grandes estrellas, los ayuntamientos no son muy dados a ejercer ese don y ese poder que se les otorgó, el de agradecer la labor de sus vecinos cuando hacen algo bueno para la comunidad. Precisamente eso, elogiar lo bueno de las personas, es lo que podría servirnos de ejemplo a los demás para mirar la vida con más optimismo. Particularmente a mí, se me llena la boca de gratitud y el alma de esperanza cuando compruebo que acontecimientos así suceden por ser buenos con otros seres.

“Yo ya conocía la labor de El Cuarto Hocico”, dijo Antonio Clos, concejal de este Ayuntamiento, delante de todos los muelenses, “pero he de reconocer que todo cambió un día en que iba caminando por la calle y pasé junto a un contenedor, donde había tres niños rebuscando. Cosas de niños, pensé. Sin embargo, vi que alguno de ellos estaba llorando y les pregunté qué le sucedía. Me contaron que estaban intentando rescatar un gatito que alguien había tirado al contenedor. Ahí se me pusieron los pelos de punta, y vi la grandeza de lo que estaban haciendo. Gestos como este, que han contagiado a sus padres y a muchos otros adultos, merecen ser conocidos en todas partes. Eran sólo unos niños, pero niños que intentaban arreglar lo que un adulto sin escrúpulos había hecho a un ser indefenso”.

Y un gesto así también ha de ser conocido en todos los lugares de la Tierra, Antonio. Porque tener la valentía de hacer un reconocimiento de este calibre dignifica a vuestro Ayuntamiento, y le dota de una sensibilidad que realmente hace falta para regir un pueblo o toda una nación. Ejemplos como el vuestro son lo que nos anima a pensar que sí hay un lugar para la esperanza. 

Seguid contagiando por allá arriba; nosotros seguiremos haciéndolo a pie de calle.

P.D.: El gatito se salvó y está entre nosotros.

EL CUARTO HOCICO